Realizamos estas preguntas en clase a ver cuánto sabes sobre el tema
1. ¿Qué significa para ti la palabra “paz”?
2. ¿Puedes mencionar algunas situaciones en las que has experimentado paz en tu vida diaria?
3. Hablemos de justicia. ¿Qué crees que significa ser justo con los demás en la escuela y en casa?
4. ¿Alguna vez has visto o experimentado una situación que consideres injusta? ¿Qué podríamos hacer al respecto?
5. ¿Sabes qué son las instituciones? ¿Puedes mencionar algunas instituciones que conoces en tu comunidad o en la escuela?
6. ¿Cómo crees que las reglas en la escuela nos ayudan a tener un ambiente pacífico y justo?
7. ¿Qué significa para ti la palabra “derechos”? ¿Sabes cuáles son tus derechos como estudiante?
8. Piensa en un momento en el que hayas trabajado en equipo. ¿Cómo crees que trabajar juntos contribuye a tener un entorno más justo y pacífico?
9. ¿Qué opinas sobre resolver problemas sin usar la violencia? ¿Cómo podríamos resolver conflictos de manera pacífica en la escuela?
10. ¿Cómo podemos asegurarnos de que todos tengan las mismas oportunidades y sean tratados con justicia en nuestra comunidad escolar?
El ODS número 16 aborda la paz, la justicia y la necesidad de instituciones sólidas.
La paz se define como un estado de tranquilidad y armonía consigo mismo y con los demás, un equilibrio donde todos conviven sin guerras ni conflictos.
Guerras, acceso limitado a la justicia e instituciones débiles.
Son fundamentales para el desarrollo sostenible y el bienestar de las personas.
¡Qué hermoso era aquel país donde se habían instalado!
Allí habían construido dos castillos, uno tan bonito como el otro.
Los dos reyes se llevaban muy bien, sus súbditos también.
Los hijos de unos jugaban con los hijos de los otros.
Sin embargo, un día sucedió algo grave.
Cuando los reyes estaban paseando,
unos pájaros pasaran por encima y dejaron
caer unos excrementos sobre las puntas de las narices reales.
Los reyes primero se rieron, luego se miraron.
Dijeron que un rey no debía burlarse de la nariz sucia de
otro rey,
que aquello era motivo de guerra.
El rey de los unos reunió a sus súbditos e hizo un gran discurso.
Dijo palabras complicadas y dijo palabras sencillas.
Dijo incluso que el color de los otros no era un color bonito,
que el otro castillo estaba demasiado cerca,
y que se había declarado la guerra.
El rey de los otros contó a sus soldados.
Organizó un desfile de su ejército con música militar. Todos creyeron que aquello era magnífico, todos estaban orgullosos.
Luego el séquito se fue a la guerra.
Los dos reyes dieron sus órdenes: “¡Al ataque!” “¡Cargad!”
Pero a pesar de las largas escaleras, a pesar de las balas de cañón, la muralla resistió, no se derrumbó.
Al atardecer, pararon los combates.
Cada uno volvió a su casa. Había sido un día triste.
Al día siguiente, la batalla volvió a empezar al otro lado.
Pero a pesar de los golpes de ariete y de todos los asaltos, no pudieron entrar en el castillo.
A la puesta del sol, levantaron el sitio. Había sido un día funesto, la gente tenía lágrimas en los ojos.
Pero los reyes no querían ceder. La guerra debía continuar.
Tenían un plano astuto, pronto alcanzarían la victoria. Todos se pusieron manos a la obra.
Con picos, palas y carretillas, todos excavaron de la mañana a la noche.
Pero el plano de los unos no era más astuto que el plan de los otros.
Decepcionados, se miraron boquiabiertos los unos en el castillo de los otros.
Los reyes se enfadaron mucho. Decidieron encontrarse abajo para poner punto final a la guerra.
Hacía tiempo que nadie de nadie se acordaba de los niños. Frente a frente, los unos tenían a los niños de los otros
y éstos tenían a los niños de aquéllos.
Los reyes se miraban a los ojos. Había un gran silencio.
Los niños corrieron los unos hacia los otros. Empezaron a jugar.
Entonces los soldados depusieron las lanzas y arriaron las banderas.
Pero los reyes se mantenían inflexibles.
No querían oír hablar de paz.
Los unos y los otros instalaron un tablero de ajedrez para los reyes. Éstos se pusieron a jugar.
Pronto todos perdieron el interés en la guerra, sobre todo los niños,
que se lo estaban pasando muy bien.
¡Qué lejos parece ahora el tiempo de la guerra!
¡Y qué bonito es nuestro pueblo en la colina, con sus casas y sus jardines!
Fin
¿Qué te ha parecido? ¿Podría hacerse algo parecido en la vida real? ¿Se puede hacer la paz alguna vez de esta manera? ¿Habría menos guerras si las personas hicieran juntas cosas divertidas?
Queridos niños y niñas,
Todos somos parte de un equipo especial: el equipo de construcción de la paz.
¿Cómo podemos hacer del mundo un lugar más pacífico y feliz?
Aquí hay algunas ideas para que tú, como superhéroe de la paz, puedas marcar la diferencia:
1. Palabras mágicas: Usa palabras amables y cariñosas. Decir “por favor” y “gracias” crea un ambiente amigable y ayuda a resolver problemas de manera pacífica.
2. Amistad sin fronteras: Haz nuevos amigos y aprende sobre sus culturas. Descubre las cosas que tienen en común contigo y celebren juntos esas similitudes.
3. Ayuda en casa: Colabora con tu familia en las tareas diarias. Cuando todos trabajamos juntos, creamos un hogar feliz y en paz.
4. Cuidado del planeta: Aprende sobre la importancia de cuidar nuestro planeta. Pequeños gestos como recoger la basura y ahorrar energía ayudan a mantener nuestro hogar, la Tierra, en paz.
5. El poder de la empatía: Trata de entender cómo se sienten los demás. Si alguien está triste o molesto, pregúntales cómo puedes ayudar y sé un amigo comprensivo.
6. Proyecto sonrisa: Regala sonrisas a todos. Una sonrisa puede hacer que el día de alguien sea mucho mejor. ¡Haz la prueba!
7. Tiempo para jugar: Comparte tus juguetes y juegos. Jugar juntos crea momentos felices y fortalece la amistad.
8. Dibuja la paz: Expresa tus sentimientos a través del arte. Dibuja lo que significa la paz para ti y comparte tus obras maestras con tus amigos y familiares.
9. Lecturas pacíficas: Lee libros sobre la paz y la amistad. Comparte tus historias favoritas con tus compañeros de clase y aprendan juntos sobre cómo hacer del mundo un lugar más armonioso.
10. Celebración de la diversidad: Celebremos las diferencias. Cada uno es único y especial. Aprendamos sobre las diversas culturas y tradiciones para construir un mundo lleno de respeto y comprensión.
Recuerda, pequeños constructores de paz, ¡cada acción cuenta! Juntos, podemos construir un mundo lleno de amor, amistad y, sobre todo, paz.
¡Adelante, superhéroes de la paz!
Cada uno de vosotros tiene que hacer una tarjeta en la que escriba o dibuje un mensaje de paz.
Puedes incluir palabras, imágenes o ambos.
Al final del tiempo asignado, comparte tu mensajes con la clase y colócalos en un lugar bien visible.